martes, 8 de septiembre de 2009

Se acerca...




Se acerca a pasos agigantados el primer aniversario de este tugurio!!! jojojo! no puedo creer que haya pasado tan rapido el tiempo, debo decir que ultimamente no he publicado tan frecuentemente como me gustaría, y esto se debe a una súbita resequedad cerebral y/o fuga de musas, pero al parecer todo esta volviendo a la normalidad.

En este año he hablado de todo, desde los plantones y/o manifestaciones hasta del amor y el desamor, pasando por puntos totalmente disímbolos y paradójicos, como yo.

Bien, ahora les comparto una historia de Paulo Cohelo que leí hace poco, durante el proceso de exorcismo de mi sufrida Laptop.



GENGIS JAN Y SU HALCON...

Cierta mañana, el guerrero mongol Gengis Jan y su cortejo salieron a cazar. Mientras que sus compañeros llevaron flechas y arcos, Gengis Jan llevaba su halcón favorito en el brazo... que era mejor y más preciso que flecha alguna, porque podía subir al cielo y ver todo aquello qeu el ser human no consigue ver.

Ahora bien, pese al entusiasmo del grupo, no consiguieron encontrar nada. Gengis Jan, decepcionado, volvióa su campamento; pero, para no descargar su frustración en sus compañeros, se separó de la comitiva y decidió caminar solo.

Habían permanecido en el bosque más tiempo de lo esperado y Jan estaba muerto de cansancio y sed. Por el calor del verano, los arroyos estaban secos, no conseguía encontrar nada para beber hasta que... ¡milagro!... vio un hilo de agua procedente de una roca que tenía delante.

Al instante, retiró el halcón de su brazo, cogió el vasito de plata que siempre llevaba consigo, se quedó un largo rato para llenarlo y, cuando estaba a punto de llevárselo a los labios, el halcón alzó el vuelo, le arrancó el vaso de las manos y lo tiró lejos.

Gengis Jan se puso furioso, pero era su animal favorito, tal vez tuviera sed también. Agarró el vaso, le quitó el polvo y volvió a llenarlo. Cuando lo tenía lleno hasta la mitad, el halcón volvió a atacarlo y derramó el líquido.

Gengis Jan adoraba a su animal, pero sabía que no podía permitir una falta de respeto en circunstancia alguna, ya uqe alguien podía estar presenciando la escena y más tarde contaría a sus guerreros que el gran conquistador era incapaz de domar una simple ave.

Esta vez, desenvainó la espada, cogió el vaso, empezó de nuevo a llenarlo, con un ojo en la fuente y el otro en el halcón. En cuanto vio que tenía bastante agua y estaba a punto de beber, el halcón de nuevo alzó el vuelo y se dirigió hacia él. Jan, con un golpe certero, le atravesó el pecho.

Pero el hilo de agua se había secado. Decidido a beber de cualquier modo, subió a lo alto de la roca en busca de la fueten. Para sorpresa suya, había, en realidad, una poza de sagua y en medio de ella, muerta, una de las serpientes más venenosas de la región. Si hubiera bebido el agua, ya no estaría en el mundo de los vivos.

Jan volvió al campamento con el halcón muerto en sus brazos. Mandó hacer una reproducción en oro del ave y grabó en una de las alas: "Incluso cuando un amigo hace algo que no te gusta, sigue siendo tu amigo".

En la otra ala mandó escribir: "Cualquier acción motivada por la furia es una acción condenada al fracaso".



Besos mil!

Les leo...

P.S. La foto es una parte poco conocida de las presas de Huayapam, me escapo a leer algun libro con cierta regularidad a este sitio.