Total que me encontraba en lo más profundo del sueño, y cual película de hitchcock, entre la realidad y la pesadilla, aparece ese momento, en que yo hablaba contigo, (fiel a la costumbre de hablar en forma apasionada-despiadada de lo que siento, como si no existieran los remordimientos posteriores) no medí mis palabras, y cuando me percaté llorabas como un niño, no había vuelta atrás, ya no podía remediarlo, fue entonces que tomé mi celular y marqué el numero de tu madre.
-Bueno?
-Señora Buenas tardes!
-Buenas tardes, dime.
-Lo que pasa es que rompí a su hijo! Se lo paso?
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