viernes, 25 de marzo de 2011

A despertar consciencias!

"La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de los derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe, no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad, el desarrollo y la paz."
Kofi Annan


Siempre he estado orgullosa de haber nacido en este tiempo, en este país, en este estado, Oaxaca ha sido, es y será para su servidora, un paraíso terrenal… Desafortunadamente hasta en el paraíso hay tormentas.

Desde hace algunos años la violencia en contra de las mujeres ha ido en aumento, adopta formas diversas, incluidos la violencia en el hogar; las violaciones; la trata de mujeres y niñas; la prostitución forzada; la violencia en situaciones de conflicto armado, como los asesinatos, las violaciones sistemáticas, el abuso sexual, la esclavitud sexual y el embarazo forzado; los asesinatos por razones de honor; la violencia por causa de la dote; el infanticidio femenino y la selección prenatal del sexo del feto en favor de bebés masculinos; la mutilación genital femenina y otras prácticas y tradiciones perjudiciales.

Aunque todas y cada una de las situaciones mencionadas son aberrantes, en esta ocasión me enfocaré al abuso sexual. Durante los últimos meses ha crecido sustancialmente el índice de violaciones perpetradas en contra de mujeres en esta ciudad, llama mucho la atención que se esté dando principalmente en los municipios conurbados, del 100% de los abusos cometidos el 60% son  cometidos por personas que operan el transporte público, (urbaneros, taxistas, mototaxistas, etc), obviamente estos datos han sido tomados de los delitos denunciados, que representa un 30% de los cometidos. La situación se agrava considerablemente si tomamos en cuenta la lentitud e ineficiencia de las autoridades en este rubro, puesto que la denunciante es revictimizada a través de procesos desgastantes y totalmente deshumanizados, donde es obligada una y otra vez a revivir los (ya de por sí traumáticos) hechos.

Recientemente conocí a Elena, una chica de 19 años estudiante, hija de familia, trabajadora que usa cotidianamente el transporte público (como cualquiera de nosotros), y que fue violada por 3 taxistas foráneos, que la abandonaron gravemente herida en las riberas de Rio Atoyac, sobrevivió de milagro, porque unos campesinos la encontraron y la asistieron, ella reconoció a uno de sus agresores, así que decidió denunciar, entre lágrimas me comenta que se arrepiente mucho de haberlo hecho pues, han pasado 2 semanas de los hechos y aun no los atrapan, ellos siguen trabajando como si nada, y por si fuera poco ahora tiene miedo, porque ha recibido constantes amenazas por parte de sus agresores y sus familias. Ahora ella y su familia tendrán que mudarse a vivir a otro lado, pues es imposible vivir en esas circunstancias, las autoridades siguen con la habitual indiferencia.

Como Elena ha habido cientos, y la historia siempre es la misma, mujeres a las que le cambia la vida un hecho tan degradante como es este, que les impacta física, psicológica, pero sobre todo emocionalmente, a ellas y a sus familias. Algunas tendrán tal vez la solvencia económica para pagar un proceso terapéutico para superar sus miedos, otras simplemente tendrán que aprender a vivir con ello, y seguramente desplazarán sus temores, sus traumas y sus frustraciones hacia sus hijos, sus esposos, etc.

Casos y cosas como estas, me entristecen, me indignan y me hacen pensar en que puedo hacer para ser parte de la solución y no del problema. Recientemente nos hemos reunido algunos amigos de Elena para generar un proyecto de concientización, prevención, difusión de este delito, se trata de sensibilizar a la sociedad al respecto. Creo que aún podemos hacer la diferencia, ya iré compartiendo a través de este espacio los avances que se tengan al respecto.

Mientras tanto.


Les leo.

jueves, 24 de marzo de 2011

Viperina...

Total que me encontraba en lo más profundo del sueño, y cual película de hitchcock, entre la realidad y la pesadilla, aparece ese momento, en que yo hablaba contigo, (fiel a la costumbre de hablar en forma apasionada-despiadada de lo que siento, como si no existieran los remordimientos posteriores) no medí mis palabras, y cuando me percaté llorabas como un niño, no había vuelta atrás, ya no podía remediarlo, fue entonces que tomé mi celular y marqué el numero de tu madre.

-Bueno?

-Señora Buenas tardes!

-Buenas tardes, dime.

-Lo que pasa es que rompí a su hijo! Se lo paso?

Ya llegué de donde andaba.

Mayo, wow! La última vez que escribí en este espacio fue en el mes de mayo del año pasado, que sucedió? No, no fue apatía, Dragonfly  se propuso escribir un libro, así que en cierta forma ha escrito para sí misma, poco a poco iré compartiendo algunos fragmentos de esos  artículos aquí, por lo pronto ha decidido regresar,  escribir con cierta regularidad, porque…Que duda cabe! Que le encanta este espacio,  y como le dije a Ahuizotla algunos días, este es después de todo, una extensión de mi, un proyecto del corazón, este corazón un tanto espartano, muy similar a un pedazo de queso gruyere que se ha estado desbocando últimamente, así que es justo y necesario que se manifieste a través de la escritura.


Here we go!

Les leo!